Angel Ciappino
Angel Ciappino

Hola, amigo, te cuento que me llamo Ángel y me gustaría compartir contigo brevemente mi camino vocacional. Yo tenía 17 años y formaba parte de un grupo misionero de mi parroquia. Un día, fuimos con el grupo a un encuentro y un cura comenzó a dar su testimonio como sacerdote misionero en distintos lugares. Él llevaba la Palabra de Dios a quienes no la conocen, celebraba los sacramentos,en definitiva, ayudaba a otros a conocer a Jesús. Entonces, en el instante que escuchaba el testimonio me brotó desde lo más profundo de mi corazón un deseo fuerte y dije: ¡que lindo sería ser cura! ¡Yo quiero ser un cura! Cundo caí en la cuenta de lo que acababa de decir me asusté mucho porque nunca se me había pasado por la cabeza esa idea. Después llegue a mi casa y sentí que algo distinto había en mí y que tenía que preguntarme con honestidad ¿Qué quiere Dios de mí vida? Y que tenía que ser valiente en la decisión. ¿Vos, te has preguntado que quiere Dios para tu vida? Ánimo!, aún estás a tiempo, preguntale y tene la valentía de responder a su llamado.

Así paso un tiempo, sin que me animara a hablar con alguien, hasta que decidí contarle a un sacerdote lo que me estaba sucediendo. Entonces comencé un “discernimiento vocacional” en el cual fui descubriendo el sueño de Dios para mi vida. Este sueño también era mi sueño: “entregar la vida por Él y por mis hermanos”, como lo hizo Jesús.

Hoy, Dios me llama a “estar con Él y anunciar su Evangelio a todos los hombres”. Me encuentro en el seminario diocesano de Río Cuarto, voy creciendo en este llamado a ser sacerdote dejándome cautivar y enamorar cada día más por la persona de Jesús de Nazaret, el Buen Pastor que da su vida por las ovejas.

Te animo amigo a que escuches la voz de Dios en tu vida y te animes a seguirla con todo tu corazón.

¡Dios siga bendiciendo tus pasos!

“Tu Señor me has seducido y yo me dejé seducir” (Jr. 20,7).