A los 83 años de vida, falleció el día 30 de julio el Padre Ignacio Costa, sacerdote que vivía en nuestro Seminario.


Padre Costa

Seminarista CostaEn las primeras horas de la tarde del día jueves 30 de julio, a la edad de 83 años, falleció el padre Ignacio Miguel Costa, luego de padecer una penosa enfermedad que lo mantuvo con cierta gravedad en sus últimos días.

El Padre Ignacio Costa había nacido en la localidad de Ucacha, un 1º de julio de 1932. Se formó en el Seminario Diocesano de Río Cuarto “Sagrada Familia” (hoy Jesús Buen Pastor), siendo ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1955, en la Iglesia Catedral de Río Cuarto.Costa en Higueras

Además de sacerdote, Costa era historiador y deja un invalorable aporte sobre la historia de la Diócesis de Río Cuarto y el sur de la provincia de Córdoba. Autor de libros fundamentales como ‘Reducción y el Cristo de la Buena Muerte’; ‘Monseñor Leopoldo Buteler. Vida y Obra del primer Obispo de la Diócesis de Río Cuarto’; ‘La Consolata y sus cien años en Sampacho’. Hace no menos de un mes presentaba su sexto libro: ‘La Iglesia en la zona del Río Cuarto. Apuntes históricos hasta el Siglo XIX’, compuesto por sus apuntes de clase de Historia Regional de la Iglesia.

Fue por muchos años, director de la Junta de Catequesis, asesor del Movimiento Familiar Cristiano, secretario Canciller del Obispado de Río Cuarto, miembro de la Junta Municipal de Historia de Río Cuarto, miembro de la Comisión Diocesana para los Bienes Culturales, entre otras actividades pastorales. Durante casi treinta años se desempeñó como párroco en Las Higueras, localidad que lo declaró Ciudadano Ilustre en noviembre de 2012. Además, fue profesor Seminario Diocesano, primero de materias humanistas, desde el año 1959, luego en la cátedra de Historia Regional de la Iglesia, desde 1985 hasta el 2013.

Por cuestiones de su salud, hace ya dos años que vivía en el Seminario Diocesano Jesús Buen Pastor, acompañado por los sacerdotes y seminaristas. Con mucho cariño, así lo recuerda la comunidad del Seminario:

La muerte que pretendemos tantas veces esconder, nos pone a prueba.

Pone a prueba nuestra fe, nuestros proyectos, nuestros tiempos, nuestras palabras, nuestras luchas y nuestras alegrías. Todo se pone a prueba. Porque nos preguntamos a fondo por el sentido de la vida. Y constatamos sus límites.

Hemos compartido tanto con el Padre Ignacio Costa y esta tarde hemos tenido que despedirlo.

Alguien con corazón de sacerdote-pastor, que gustaba de la amistad, de la historia, de la docencia, de su familia, de los valores que trajeron sus antepasados de lejanas tierras, de sus costumbres y de su fe.

Le pedimos a Jesús que nos enseñe a seguir creyendo. A creer que morir es darle un beso a la vida, abrir una puerta y ver que todo se ilumina, encontrar lo que tanto se ha buscado y abrazar a quienes extrañamos.

Gracias a Dios por el paso de este sacerdote por nuestra vida.

Que el Señor de la Buena Muerte lo reciba y que la Virgen de la Medalla Milagrosa lo acompañe en este paso a la Vida

Dios te salve María…

 Ricardo Araya, rector del Seminario

 

 

Esta tarde partió hacia la Casa del Padre el padre Ignacio Costa. Tenía 83 años, de los cuales 60 años fue sacerdote, y por 30 años docente en nuestro Seminario. Cuántas anécdotas, cuánta picardía, cuánta sabiduría que tenía el p. Ignacio, conocedor como pocos de la Historia de la Iglesia en nuestra diócesis.

Doy gracias a Dios por habernos permitido compartir algo de la vida de él y con él. Los últimos dos años vivió en el Seminario y fue «como tener al abuelo sabio en casa», como le dije en una de las últimas Misas que nos presidió y en la que, como rara vez, él no se quedó con la última palabra.

La foto es del último examen final de Historia Eclesiástica Regional que lo tuvo a él como docente. Hasta luego, padre Ignacio.

Ignacio Amaya, seminarista

Ultima clase de Costa

Hoy a las 15.00 horas, hora de la Misericordia, entre rezos a la virgen, falleció nuestro querido padre Ignacio Costa: gran cura, una persona que recorría la galería de nuestro seminario rezando rosarios, gran testimonio de amor a Dios, a la virgen María, a la Iglesia…

Dios nos bendice y hoy ha recibido en su casa a un buen pastor. Gracias por tus 60 años de sacerdocio ministerial.

Federico Alba, seminarista