El pasado domingo 22 de febrero, en nuestra casa de vacaciones de Las Peñas, fuimos honrados con la presencia de Carlos Cáceres y de su Familia. El, junto con su hermana, nos recordaron algunas cosas de los primeros tiempos del seminario de las Peñas, como también de nuestro primer Obispo Mons. Leopoldo Buteler.

Carlos, junto a sus padres (Don Antonio Cáceres y Doña Luisa Allende) y hermanos vivieron y trabajaron en Las Peñas desde el año 1943 (el con tan solo 14 años). También vino su hermano, llamado Valentín, todos ellos eran de José de la Quintana, localidad próxima al pueblo de los Molinos. Cuidar y mantener el seminario de Las Peñas, en eso consistía el contrato con que el Obispo empleaba a la familia Cáceres, casa que había sido propiedad de Félix Berrotaran. Según nos cuentan la familia Cáceres, a su llegada, todavía estaban en la casa las hijas de Félix: María Zoila, Bernardina, Cándida Rosa y Ubalda. También eran hijos de Félix, Domingo, Miguel Ángel, Enrique, Alberto, y Darío que era sacerdote.

Muy emocionado recordaba: “Al llegar tuvimos que desmontar, y luego ampliar la galería para que pudieran venir los seminaristas”. Lo primero que hizo al llegar, fue detenerse junto a la jardinera que él había ido a buscarla a Elena dónde la habían fabricado.

Señalando con su mano, recordaba la disposición de las cosas y las modificaciones que el tiempo dio a nuestra casa. Recordaba que con el tiempo se fueron plantando frutales, se construyó el antiguo oratorio (ahora habitación), habitaciones y galerías que dan al sur.

Reconoció en la galería los escudos que en aquel entonces había tallado en piedra Don Gómez trabajador de la cantera y que tiempo después fueron colocados en ese lugar.

Referido a nuestro primer Obispo nos decía: “Buteler venía seguido cuando se construía, y al llegar a la entrada tocaba bocina, recorría la distancia que había hasta la estancia de Las Peñas a caballo con nosotros, él era muy bueno. También recuerdo que caminaba con mi papá mientras le compartía los proyectos que tenía”.

De los seminaristas, recordaba algunas cabalgatas que estos realizaban hasta las colonias italianas o hasta Tegua los días jueves.

Fotos traídas por Carlos, nos ilustran los comienzos de nuestra casa, sus primeros habitantes, constructores y empleados, así como los seminaristas, entre ellos, el Padre Ignacio Costa y el Padre Víctor Pereyra.

Damos gracias a Dios que nos permite reconstruir nuestra historia y nos enseña así que él está presente desde todos los tiempos.

También agradecemos a Carlos y a toda su familia por reconstruir la historia con nosotros y al buen Dios le pedimos que nos permita compartir otros momentos con personas tan valiosas para nosotros como éstas.