Mi nombre es Elías Daniel Mores, soy de la localidad de Las Vertientes. Tengo 23 años y este es mi quinto año de formación en el seminario.

Elías Daniel Mores

Etapa Configuradora

Hice la primaria y secundario en mi pueblo, y cuando los finalicé decidí ir a estudiar a la Universidad de San Luis. Quería ser comunicador social. Mi sueño era estar en la televisión con algún programa de noticias o entrenamiento, o también tener mi programa de radio, haciéndole entrevistas a la gente.

Durante el tiempo del secundario me gustaba mucho sacar fotos y fui varios años a una academia de baile; bailaba salsa, bachata y merengue. La verdad, que en un futuro me veía haciendo todas esas cosas.

Con el correr de los meses, en San Luis, comencé a experimentar en mi corazón sentimientos y sensaciones que nunca había experimentado. Sentía que había algo en mí que debía cambiar y realmente sentía que debía hacerlo. Muchas veces iba a dormir con preguntas como: ¿Quién soy?, ¿a dónde tengo que ir?, ¿me hace feliz esto que estoy eligiendo?

Escondiendo estos sentimientos, guardándomelos solo para mí, comienzo a ir a misa a una parroquia cerca de mi departamento. Tenía asistencia perfecta todos los sábados, sin embargo no dejaba de faltar al boliche o alguna salida a algún pub.

En la parroquia de mi pueblo estaba en el ministerio de música con la guitarra y el canto, y en San Luis, fui misionero de Schöenstatt. Ese contacto con la gente me fue atrapando día a día, y las preguntas que antes me hacía se fueron intensificando cada vez más. Ya no me las preguntaba a mí mismo, sino que se las pregunté a Dios: “Señor, ¿qué querés para mi vida?, ¿en qué querés que te ayude?

Con el correr de los meses, hablé con el sacerdote de la parroquia de San Luis, él decidió acompañarme en un proceso de discernimiento. Conocí y fui a las convivencias del seminario de San Luis y luego averigüé sobre el de nuestra diócesis.  Después de mucha oración y prestando atención a la gente de mi alrededor, decido dar mi sí al Señor, abandonar la carrera y mis proyectos para largarme a un futuro desconocido, pero que me llenaba de mucha paz y alegría. Ingresé al seminario Jesús Buen Pastor de Río Cuarto, en el año 2016.

Siempre recuerdo que no fue fácil decirle sí al Señor, ya que estaba atado a muchas cosas. Él golpeó mi puerta respetando mi tiempo, mi proceso. Dios siempre estuvo a mi lado, yo lo esquivaba y no abría la puerta de mi corazón. Una vez que respondí, mis miedos se fueron y pude experimentar muchísima alegría.

No tengas miedo de preguntarle a Jesús qué soñó para vos, en qué tenés que ayudarlo. Te aseguro que no va a tardar en responderte. “Jesús Buen Pastor, danos sacerdotes santos”