Yo soy el Buen Pastor

Leemos Juan 10, 1-10

«Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir. Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz». Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces Jesús prosiguió: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.

Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.

Reflexión

Hoy celebramos la fiesta de Jesús Buen Pastor, patrono de nuestro seminario de la diócesis de Río Cuarto, y lo hacemos en el marco de la jornada mundial de oración por las vocaciones.

En el Evangelio del día de hoy, Jesús nos habla de que el pastor es el que entra por la puerta del corral de las ovejas, no por otro lado, porque no es un ladrón, sino el pastor y por eso las ovejas no le temen, al contrario, escuchan su voz, las hace salir, va delante de ellas porque conocen su voz, por eso no seguirían a un extraño. Lo conocen porque pasa tiempo con ellas, tanto…, que tiene su mismo olor.

Esta fiesta la celebramos en medio de este tiempo de pandemia y en dónde seguimos estando invitados a ser pastores, confiados en que, aunque no podemos encontrarnos personalmente, se abre el diálogo en una llamada, un mensaje de voz, una comunicación virtual, porque la voz es conocida, es la del sacerdote de mi pueblo, de mi parroquia, es la del seminarista que quiere ser sacerdote o la religiosa que con espíritu materno y orante acoge en la plegaria.

Voces de los que han sido llamados de modo particular a entregar la vida por Jesús y su reino. 

Voces que quieren seguir consolando en la distancia…

Voces que quieren seguir guiando e iluminando en medio de oscuridades nuevas…

Voces que quieren seguir mostrando a Jesús, el camino, la verdad y la vida… 

Voces que quieren seguir gritando que el Amor está vivo, porque Jesús vive…

Voces que quieren seguir alentando el caminar cansado de un pueblo peregrino…

Voces que quieren seguir construyendo puentes de unidad y solidaridad…

Voces que quieren seguir proclamando que cada hombre y mujer es mi hermano…

 

Pero también Jesús nos dice: “Yo soy la puerta”… Y nos invita a entrar y salir por él, no por otro lugar, porque pasando por él encontramos la libertad, el alimento, la seguridad, la Vida y vida en abundancia.

 

Quizás, hoy Jesús te está llamando a seguirlo en esta hermosa vocación, animáte a decirle que sí…

Gracias por rezar por el seminario, los seminaristas y las vocaciones, que son el fruto de la oración y los ofrecimientos de muchos.

Gracias por la colaboración en dinero y donaciones para sostener la formación de los futuros sacerdotes.

Que Jesús el Buen Pastor los bendiga y les retribuya con Vida en abundancia.

María, madre del seminario ruega por nosotros.