Mi nombre es Carlos Rinaudo, tengo 25 años de edad y soy de la ciudad de Marcos Juárez, perteneciente a la Diócesis de Villa María. Estoy en el año Introductorio, en el Seminario Mayor Jesús Buen Pastor. Estudie y me recibí en el 2013 de Contador Público.
Yo cuando tenía alrededor de 10 años hasta los 13 años de edad he participado como monaguillo en la parroquia “La Asunción” de la cual provengo. A partir de esa edad, hasta los 23 años fui de participar todos los domingos de la Misa, pero no vivía de acuerdo a la Voluntad de Dios.
En agosto del 2013, antes de finalizar la Misa un joven realiza una invitación a todos los allí presentes a participar de las catequesis del Camino Neocatecumenal. Antes de esa invitación, él contó su conversión y cómo Dios fue actuando en su vida, y realmente me llegó mucho.
Luego comencé a presenciar cada una de las catequesis, y en ella sentía que el Señor me invitaba a una vida nueva, a una conversión. Pude descubrir que el Señor me amaba tal cual soy, con mis errores y mis virtudes, hasta el punto de dar su vida por mí. Ese fue mi primer llamado a la conversión.
Empecé a escuchar la Palabra del Señor junto con la Adoración al Santísimo, y a compartir la fe en comunidad, eso me fue ayudando a ir descubriendo qué quería el Señor para mí. Sentía una profunda necesidad de estar siempre con Él.
Una vez, estando en mi casa, internamente sentí que el Señor me invitaba a seguirlo para alcanzar el Reino de los Cielos. Eso al comienzo me dio mucho miedo.
En febrero del 2014 comencé a trabajar en un estudio contable. Allí pude descubrir que no tenía las fuerzas necesarias para seguir al Señor y hacer su Voluntad, también veía que la necesidad de la gente era más allá de lo económico. La gente está necesitada de Dios.
Haciendo discernimiento con el Sacerdote de la parroquia y luego con el Obispo decidimos que comenzaba esta nueva etapa.