El día 14 de octubre del 2013, como se acostumbra ya desde muchos años en alguna fecha pactada, quienes estudiaron en el Seminario Menor de hace varios años atrás, se reunieron para celebrar en nuestra casa la amistad y los recuerdos que los mantienen unidos.
Juntos celebramos la misa y luego un almuerzo cargado de recuerdos y anécdotas.
al finalizar la misa, el Padre Eusebio Barbero leyó unas palabras que envió un formador de los Sagrados Corazones que con 91 años vive en el extranjero. A continuación la emotiva carta:
Estimadísimos y recordadísimos amigos. Bien quisiera yo estar con vosotros en este encuentro de amistad. Lo haré con estas sentidas palabras.
No sé dónde os reuniréis. Si en las peñas, recordareis el canto:
Valle de las Peñas, valle de oro
Jarrón de flores, nido alegre de ruiseñores.
Si en el Seminario de Río Cuarto recordareis que cuando ibais de vacaciones, le cantabais a la Virgen Blanca:
Madre divina, Madre de Amor
Adiós Señora adiós, adiós.
Estáis reunidos para refrescar viejos recuerdos de años idos, que dejaron un sello en el corazón y que os han servido de guía en las rutas de la vida.
Para mí el recuerdo de mis años entre vosotros me envuelve en un perfume de gratitud por la felicidad que gocé junto a vosotros. Con frecuencia comienzo el trabajo con el ordenador poniendo zamba de mi esperanza. También repaso mi álbum de fotografías con fotografías de Las Peñas en la gruta, mirando los entonces niños cantores con el jersey y la Cruz, o viendo los Troveros Peñenses, o la furgoneta con el grupo de las salidas para presentar nuestra vida de Seminario. ¡Qué recuerdos aquellos!
Deseo paséis unas horas felices.
Yo sigo trabajando con ilusión juvenil. El amor no envejece. ¡Lástima del corazón que parece estar cansado de bombear!
Nada más. Que paséis un lindo día.
Rafael Carbonell m.ss.cc.